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El conseguir mi primera guitarra eléctrica, no fue algo sencillo. De hecho es una larga historia, que pretendo contarles de la manera más resumida posible: es la historia de mi primera guitarra eléctrica que resultó ser una Egmond construída en Holanda (circa 1960). Y digo "resultó" porque en un principio sabía poco, casi nada acerca de ella, y con el tiempo (y gracias a Internet), he podido averiguar más (misma marca de la primera guitarra de George Harrison, por ejemplo).-
La tienda mágica.
Todo comenzó a finales de los ochenta, tenía un teclado que mis padres me habían regalado varios años atrás, pero con la adolescencia me bajó la fiebre por las guitarras eléctricas. Eran días en que conseguir una no era tan fácil como lo es hoy (en que por no mucho dinero uno puede adquirir un "pack" completo con amplificador y afinador), y sólo tenía mi acústica que cuando no la tenía entre mis piernas cantando, estaba colgada en la muralla de mi habitación. Recuerdo innumerables veces observarla desde mi cama y verla convertida en una eléctrica de caja... como una Gretsch. Y pasaban los días, mientras aprendía más y más acerca de guitarras y miraba a ídolos guitarreros por la televisión. A ésas alturas ya había dejado de lado mi teclado en pos de las guitarras.-
Pero llegó el día de conocernos, de vernos las caras por primera vez, y esto es lo lindo de la historia de esta guitarra, que ha estado dos veces en mi vida.-
En la Calle San Antonio, en pleno barrio tuerca de Viña Del Mar, hubo una tienda de compra y venta de instrumentos musicales usados. Fue algo mágico el día en que la encontré. No estoy seguro de si iba o venía del taller de mi Tío Pepe, pero si es cierto que iba en un bus, y desde allí vi algo que no sólo me llamó la atención, sino que también me removió la existencia: desde la ventana del Bus, vi lo que para mi es una forma conocida, la forma de violín que tiene el famoso bajo Hofner de Paul McCartney. Esto era en el segundo piso de una galería comercial. Así que rápidamente me bajé del bus (sin considerar que ya no tenía dinero para pagar un segundo viaje de regreso a casa). Y claro, al llegar al segundo piso... encontré ese lugar maravilloso, místico, en el cuál no sólo pude contemplar aquél bajo, sino también vi por primera vez una batería Ludwig bastante parecida a la de Ringo Starr. Lamentablemente la tienda estaba cerrada, pero me quedé mucho tiempo mirando por el escaparate hacia dentro, viendo más y más guitarras de formas antiguas, de marcas desconocidas, amplificadores y otras cosas. Y bueno, al final regresé a casa, a pié pero feliz pensando en este descubrimiento.-
Nunca pensé que esa tienda sería el comienzo de todo, recuerdo haber estado el resto del día pensando en lo que vi, y en volver cuando alguien estuviera atendiendo. Así que otro día, regresé y entré.-
Y allí estaba, ella junto a su hermano. La vi y supe de inmediato que era la guitarra que quería. Así que la probé, la toqué en un amplificador que supongo era un Fender (por el tamaño, los colores y el estilo de los controles). Y quedé maravillado, era lo que quería. Pero había un problema: no tenía dinero para comprarla. Así que me fui, un poco cabizbajo. Pero al llegar a casa, la idea vino a mi mente, ¿aceptarían la permuta de esa guitarra por mi teclado? era una posibilidad, una solución. Así que al día siguiente, después de clases, partí a la tienda, y les propuse el trueque. ¿La respuesta? fue un rotundo "si" (¡qué feliz estaba!). Me mostraron otras guitarras (entre ellas toqué una Futurama, que ahora sé es un objeto de colección), pero yo no quería una guitarra sólida, sino una de caja... quería esa. Al final de la tarde volví con la guitarra, y sin mi Carnet de Identidad (que lo había dejado en prenda para volver al día siguiente con mi teclado). Recuerdo haber caminado hasta la Calle Valparaíso, y en el camino mucha gente miraba la guitarra (-"mira que guitarra más linda"-). Fue toda una aventura el volver a casa con ella. Una vez allí, comencé a tocarla, y a sentirla, a "intimar con ella".-
Mi alegría no duró mucho. Ahora con la mirada de adulto, en realidad estaba cambiando algo que parecía barato, por algo lejos mucho más caro (el teclado). La respuesta de mis padres fue "No". Así que al día siguiente, después de clases regresé a la tienda, con la guitarra y bueno... a devolverla. Y esa fue la última vez que estuve en esa tienda (al tiempo después, desapareció). Nunca supe si fue una ilusión, o un portal sin dimensión, que apareció en esa galería sólo para mi.-
Entonces fue cuando decidí juntar dinero, para comprar una guitarra eléctrica. Y así pasaron días, semanas y meses de juntar dinero, vendiendo diarios viejos por kilo, filas interminables de día Viernes en el Banco Del Estado.-
Un día Domingo, revisando los Avisos Clasificados del diario local, encontré un aviso que llamó toda mi atención, era algo así como -"Vendo Guitarra Eléctrica de Caja. $30.000"-
El regreso.
El Gato Luna, era el lugar. Un Pub en Arlegui casi frente al Banco Del Estado, fue como a las siete de la tarde, mi mochila y yo llegamos al lugar. Sorpresa, allí estaba ella una vez más en mi vida, la misma guitarra que mucho tiempo antes había intentado conseguir, esperándome esta vez en un pequeño escenario acompañada por otros instrumentos. El problema ahora era ser el propietario, ya que no era el único que acudió por el aviso. La probé, y sonaba maravillosa esta vez por un amplificador Marshall. Pero no tenía el dinero, más bien estaba en el Banco. El propietario me dijo unas lapidarias palabras: -El primero que llegue con el dinero, se la lleva- Regresé a la casa con el único deseo que pronto fuese la hora de ir al Banco, sacar el dinero y tenerla para mi.-
Pasé la noche en vela, pensando en esa guitarra, pensando en el día siguiente y en cuántos más deseaban tenerla. En ese momento, no me había percatado de un pequeño detalle, que al final jugaría a mi favor: era un modelo de guitarra absolutamente obsoleto. Y así fue, para mi alegría un día después, ella regresó a mi vida para quedarse, y disfrutar muchas horas de música... y de modificaciones.-
La amplificación.
Al regresar a casa, lo único que quería era poder probarla en un amplificador, pero no tenía. Así que recuerdo haber subido al tercer piso de la casa de mis padres, y tocarla de manera acústica ("Unplugged" como se diría hoy). Estaba en lo mejor cuando.. vi el equipo de música de mi Papá. Esa fue la solución. Y comencé todos los días a tocar, cada vez a volúmenes más alto, a veces de manera exitosa, otras recibiendo reclamos e incluso insultos por parte de mis impacientes vecinos. Eso si, siempre con un público obligado: mis hermanos (fans míos). Finalmente, el equipo de sonido de mi Padre, que era de tres vías, terminó en una sola (digamos en un estéreo básico para escuchar música). Así que me vi en la necesidad de adquirir un amplificador.-
Por ésos días, existía una tienda en Viña Del Mar, que terminó siendo punto de encuentro con algunos amigos músicos: se llamaba "California Music Store". Allí encontré mi primer amplificador, justo en el presupuesto: 10 Watts de potencia, dados por una pequeña caja llamada "Muscle". Con ese comencé a conocer acerca de sonidos de guitarra.-
Las modificaciones.
Al pasar los años, esta guitarra sufrió diferentes modificaciones (y lo digo así porque creo que no sólo fue un sufrimiento para ella, sino para mi también). El problema es que en alguna parte de su existencia (tal vez uno o dos dueños antes de mi), le eliminaron la placa de rasgueo original (que contenía sus cápsulas), para agregarle una cápsula más moderna. Sin embargo, esa persona hizo agujeros en lugares que no correspondían (esto lo supe gracias a un Luthier de Valdivia). Entonces, el daño ya estaba hecho, así que decidí modificarla pero de manera definitiva y para nunca más. Las modificaciones comenzaron justo después de comprar mi primera guitarra eléctrica nueva (una Godin fabricada en Canadá), el año 2005, y concluyeron... este año (2013). ¡Un poco más y me demoro una década completa! Es que decisiones de color, cápsulas, e incluso una cápsula dividida para convertirla en un controlador MIDI. Cambios de color (blanco, rojo, amarillo), dos cápsulas, una cápsula, etcétera.-
Finalmente, mi guitarra tiene ahora personalidad propia. Es muy probable que un purista diga que las modificaciones hechas son un insulto... pero no me importa: es ahora un digno ejemplar de lo que se podría llamar algo Vintage actualizado ("Vintage meets new"), y a la vez un homenaje a las guitarras de caja de su época. Entonces, lo que hay hoy en día es: Una guitarra Egmond de caja, fabricada el año 1960, con trémolo Bigsby-Gretsch, una única cápsula (Seymour Duncan), control de volumen e interruptor de encendido/apagado, ambos marca Gretsch, y finalmente afinadores Grover Imperial (los mismos de la Guitarra de George Harrison). A esto se le agrega su estuche (que lo adquirí hace mucho, mucho tiempo atrás), y la correa que mandé hacer con un artesano en Viña del Mar. Y lo mejor de todo es que su edad se nota, se puede sentir, oler, ver que es una guitarra de muchos años (más de cincuenta), especialmente en su caja, y la pintura que se a arrugado con el tiempo. Eso le da "ese toque" especial que tienen las cosas bien cuidadas pero que denotan uso e historia.-
Así que allí está ella, siempre esperando que la toque, algún rockanroll, que la haga vibrar usando su trémolo, retribuyendo de la mejor forma que ella conoce: recuerdos y sensaciones.-
Finalmente, mi guitarra tiene ahora personalidad propia. Es muy probable que un purista diga que las modificaciones hechas son un insulto... pero no me importa: es ahora un digno ejemplar de lo que se podría llamar algo Vintage actualizado ("Vintage meets new"), y a la vez un homenaje a las guitarras de caja de su época. Entonces, lo que hay hoy en día es: Una guitarra Egmond de caja, fabricada el año 1960, con trémolo Bigsby-Gretsch, una única cápsula (Seymour Duncan), control de volumen e interruptor de encendido/apagado, ambos marca Gretsch, y finalmente afinadores Grover Imperial (los mismos de la Guitarra de George Harrison). A esto se le agrega su estuche (que lo adquirí hace mucho, mucho tiempo atrás), y la correa que mandé hacer con un artesano en Viña del Mar. Y lo mejor de todo es que su edad se nota, se puede sentir, oler, ver que es una guitarra de muchos años (más de cincuenta), especialmente en su caja, y la pintura que se a arrugado con el tiempo. Eso le da "ese toque" especial que tienen las cosas bien cuidadas pero que denotan uso e historia.-
Así que allí está ella, siempre esperando que la toque, algún rockanroll, que la haga vibrar usando su trémolo, retribuyendo de la mejor forma que ella conoce: recuerdos y sensaciones.-


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